lunes, 2 de enero de 2012

Concierto de año nuevo en Viena y campanadas en el gobierno español.


Cuando el regusto del cava o champaigne merodea aún por nuestro paladar, a la vez que damos una vuelta más en la cama intentando evitar ese rayo de sol que entra por la ventana deseoso de anunciarnos la llegada de un nuevo día; escuchamos siempre como cada día 1 de Enero alguien de casa enciende la televisión, sube el volumen y nos  da los buenos días con el tradicional concierto de año nuevo.
Han pasado ya más de 70 años desde que se diera el primer “concierto de año nuevo”, pero no fue hasta 1941 cuando fue conocido como tal. Pese a que la tradición manda que el concierto sea el día primero del año, la inauguración de este evento se produjo un día 31 de diciembre de 1939, día que se ha mantenido en la agenda de la Filarmónica de Viena siendo conocido como “concierto de San Silvestre”, la demanda para presenciar este espectáculo tan especial es tal, que se comercializan las entradas para el ensayo general el día 30 de Diciembre de cada año. Fue Clemens Krauss quien se encargó de comandar la orquesta desde los comienzos del concierto de año nuevo hasta varios años después.
Si se trata de dar la bienvenida a un nuevo año, éste es el marco perfecto, ya que tanto la Orquesta Filarmónica de Viena como la Sala Dorada de la Musikverein, son los iconos de una ciudad, Viena, que es la cuna de la música clásica en el mundo. Por lo tanto es de esperar que habitualmente  el encargado de dirigir la música en tan especiales circunstancias sea alguien que represente la excelencia de la música; Karajan, Maazel y Mehta, son sólo algunos de los nombres de estos magníficos directores. El elegido este año ha sido Mariss Jansons, quien también tuvo la oportunidad de dirigir este acto en 2006.
Pese a que cada año es obligada y esperada la interpretación de polkas y valses de la familia Strauss, cada director intenta imprimir su propio sello de forma sutil y en este aspecto Mariss Jansons puso el suyo introduciendo en el repertorio “La bella durmiente” de Pyotr Ilyich Tchaikovsky, haciendo alusión de alguna manera al país que le acogio, Rusia, en concreto la ciudad de San Petersburgo. Por otro lado, a parte del entusiasmo propio de dicho concierto, el maestro Jansons declaró que su intención era la de transmitir alegría y positivismo, muy necesarios en estos días.
Lo cierto es que esa alegría y positivismo nos vendrán muy bien, ya que nos serán muy necesarios después de conocer las noticias de las nuevas medidas “anticrisis” del gobierno para este principio de año, con las que sin lugar a dudas se ha logrado dar la campanada. Parece que el nuevo gobierno apuesta fuerte por la cultura dando su particular concierto. ¡Feliz año a todos!