domingo, 2 de octubre de 2011

Intrusismo instrumental

¿Quién no ha contratado alguna vez a un chapuzas, ese hombre experto en mil carreras y licenciado en ninguna? Es recurrente sobre todo en momentos en que andamos faltos de recursos económicos, nos saca de apuros y somos conscientes de que más adelante tendremos que contratar a un especialista para el trabajo, pero mientras este señor nos sacará del apuro. Suele ser común que algunas veces las soluciones rápidas y baratas sean con el tiempo las más perjudiciales y catastróficas, pero es el precio que pagamos cuando contribuimos al intrusismo laboral.
En el mundo de la música es muy usual esto... ¿quién no ha visto alguna vez a un violinista metamorfosearse en un violista o a un trombonista tocando el sólo de la 7ª de Mahler con el bombardino? Afortunadamente cuando el nivel musical es más exigente estos cambios no son tan comunes pues se requiere una especialización determinada y mayor destreza con el instrumento que la requerida para cumplir en un "bolo". Sin embargo, hay un sector que todavía no entiende que el intrusismo laboral es altamente perjudicial. Hablo de la enseñanza, donde el profesor de trompeta da clase a los alumnos de trompa, tuba y trombón; donde el profesor de violín da clases a las violas y quizás aventurarse con los cellos, o donde el profesor de clarinete da clases a todo el viento madera. Es cierto que los recursos económicos de las escuelas de música no suelen ser suficientes para ofrecer un profesor especialista por instrumento, no obstante, el índice de fracaso estudiantil al no contar con un docente que pueda ser cien por cien experto en la técnica del instrumento es mayor, con lo que nos encontramos con un alto número de niños que llegada una edad, al no ver progresos se cansan y dejan el instrumento, provocando con esto el overbooking de unos instrumentos y la casi nula existencia de otros en los últimos cursos de las escuelas, limitando de alguna manera el crecimiento de la diversidad instrumental, y lo que también es importante, la cantidad de alumnos que podría albergar una escuela de música si contara con profesionales especializados por instrumento. Obviamente aquí estamos hablando del mismo problema que ocurre con todo, buscamos el pan para hoy sin tener en cuenta el hambre que tendremos mañana.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo. Es algo de lo que me quejo a menudo. Muchas veces he llegado a una escuela y he tenido que intentar hacer milagros para remendar malos hábitos técnicos en el clarinete causados por profesores de saxo. Cada instrumento tiene su qué y la técnica básica es muy importante, casi más que cuando ya la tienes asimilada y puedes trabajar otros aspectos menos técnicos. A veces hace falta para que sea viablemente económico pero el profesor debería ejercer esa tarea con humildad y responsabilidad. Preguntar a compañeros o a técnicos para resolver ciertos problemas o simplemente para ubicar rápidamente los problemas más frecuentes con los que se encuentra el profesor "genuïno".

    Saludos y un abrazo desde Barcelona!

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