Ha
empezado el carnaval. Sin lugar a dudas la festividad de la provocación, la
lujuria y la perversión… en pocas palabras: La Fiesta de la Carne.
Como cada año,
muchos han estado durante meses planificando qué disfraz ponerse, quizás con
más razón si cabe, ya que los vacíos bolsillos españoles no están para gastar
en disfraces, por lo que la previsión se hace necesaria para poder decidir con
tiempo y ponerse manos a la obra en el diseño de un disfraz casero.
Los hay que de
payasos y ladrones han decidido vestirse, pero estos ya llevan bastante tiempo
disfrazados, usando despachos de ministerios y parlamentos cual sambódromo
brasileiro para llevar a cabo este cachondeo que en España es conocido como
política.
Centrándonos de nuevo en el
carnaval, hay que decir que la apatía general es apreciable en cuanto a la
participación, ya que no se respira la ilusión de otros años. Sin embargo, sin
lugar a dudas puedo decir casi con total certeza, la atención en estos
carnavales estará centrada en las murgas o chirigotas.
Letras,
atuendos y escenificaciones hacen clara alusión directa e indirectamente a la
situación del país. La disconformidad y repulsa social toman forma en
divertidas y atrevidas letras que tratan de trasladar a un ambiente más cálido
y distendido el sentir del pueblo. Un pueblo que está cansado, que no recuerda
lo que es la estabilidad social y económica y que día a día se ve más y más
empobrecido por precios e impuestos que suben y puestos de trabajo que
desaparecen y sueldos que bajan.
El carnaval
sin ninguna duda ha sido siempre la fiesta del pueblo y es más que probable que
en estos momentos el grito que anuncia el carnaval, suene más a una llamada de
auxilio que a una invitación para la diversión.
Para
muchas personas, el carnaval no es una fiesta que te pilla a caballo entre
Navidad y Semana Santa; es la fiesta para la que se prepararan desde el año
anterior, la fiesta en la que invierten tiempo, esfuerzo, trabajo e ilusión… actitudes
de las que estamos carentes últimamente. Por ello, quisiera rendir homenaje a
aquellos que pese a estos tiempos guardan esa positividad y ganas de hacer y
seguir adelante, a aquellos que se desmarcan del ambiente derrotista y la
crítica fácil sin luchar con el día a día.
Precisamente,
estas actitudes son las que necesita la joven Saida Prieto, candidata para la
elección de la Reina del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, que tras un
desafortunado accidente se encuentra herida de gravedad con quemaduras. Por
ello, quisiera acabar mandándole todo el ánimo del mundo y mis mejores deseos,
sumándome de esta forma a todos los canarios que esperamos su pronta
recuperación.
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